Han sido años de prueba y error, lo que nos ha permitido conocer distintos cultivos, suelos y sistemas productivos... hemos aprendido que nada es replicable, cada campo es único y como tal, un nuevo desafío.

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Estamos viviendo situaciones climáticas extremas, sequias prolongadas, altas temperaturas, alta radiación, inundaciones, entre otras; lo que nos ha empujado a replantearnos los sistemas agrícolas tradicionales, ya no podemos producir ajeno a la naturaleza, es momento en que entendamos que debemos adoptar una agricultura respetuosa, que entienda los procesos que ocurren de manera natural, que evite generar degradación acelerada de nuestros suelos y entorno.  La agricultura puede ser parte del problema, generando toneladas de gases de efecto invernadero (CO2, CH4 y otros), o puede ser parte de la solución. 

La invitación está hecha, esperemos que cada día seamos más, los que impulsemos una nueva forma de mirar las cosas.