Tenemos que transformar al suelo en uno de nuestros mayores aliados y no solo un factor productivo olvidado.

Dentro de los múltiples roles o servicios que el suelo provee —o que idealmente debería proveer— destacan los servicios de regulación, los cuales dependen fuertemente del estado de salud del suelo. Entre ellos se incluyen:

*Regulación hídrica: capacidad de infiltrar, retener agua y recargar acuíferos.🌨

*Regulación del clima: mediante el secuestro de carbono y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, estrechamente vinculada a la capacidad de retención de agua. 🌞

*Control biológico de plagas y enfermedades: facilitado por la presencia de microorganismos benéficos.🪱

*Regulación de la erosión: gracias a una buena cobertura vegetal y una estructura del suelo estable.🍀🌱

*Filtración y depuración de contaminantes: función clave de los sistemas edáficos saludables.💊🚫

Sin embargo, hoy nos enfrentamos a suelos sellados, encostrados y compactados, con baja capacidad de infiltración y retención de agua, y con una alta tasa de erosión. A esto se suman suelos con bajo contenido de oxígeno y altas concentraciones de compuestos químicos —moléculas que, en teoría, el suelo debiera poder degradar o inmovilizar— pero que terminan afectando la microbiota edáfica, siendo ésta fundamental para la depuración de contaminantes.

¿El resultado? Estamos observando una alta persistencia de ciertos compuestos en el suelo.

Esta foto es solo 1 ejemplo, de realidades cada vez mas comunes.

En este cuartel no se aplicaba nada hace varias temporadas, lo mismo hemos visto en suelos con distintos contenidos de materia orgánica, de arcillas, de pp. 

Revivir los suelos es fundamental.